¡Educaciones Rurales!

Por: Sara Daniela García

Apuntes para una mejor política de la educación rural en Colombia

Escrito por: Sara Daniela García

En Audiencia pública en el congreso de la república de Colombia,  Nazly Catalina Ortiz (directora de la Fundación Planeta Rural) y Silfredo Fuentes Chiquillo (Joven Rural Representante del círculo de formación de la red de jóvenes rurales de Colombia) presentaron una ponencia que da valiosas recomendaciones en torno al borrador del Plan Nacional de Educación Rural y también aporta estimables reflexiones sobre la educación rural en Colombia.

La ponencia comienza con la carta de Silfredo, quien habla por los jóvenes rurales, acerca de cómo le gustaría que fuese su educación, una basada en el contexto, que fomente el arraigo, la identidad cultural, la innovación, el emprendimiento y la apreciación por los ecosistemas. Para Silfredo “los jóvenes demandan ser agentes activos en su formación”.

Luego continúa con 13 puntos que abordan diversos aspectos a considerar en el Plan Nacional de Educación Rural PNER, acompañados de propuestas para abordar las diferentes problemáticas, como se resume a continuación:

Primero: el borrador del PNER se centra en la educación inicial, debería abarcar todos los niveles hasta la educación superior, por esto se debe incluir más información diagnóstica sobre la educación superior en el campo.

Segundo: las becas son un complemento, pero no una respuesta contundente ante las necesidades productivas del campo. Además la educación superior no puede ser más un puente migratorio a la ciudad, antes debe fortalecer el desarrollo rural. Para ello se necesitan universidades en el territorio, con programas curriculares acordes al contexto.

Tercero:  el PNER debe influir en los proyectos de vida personal y comunitaria, que fortalezcan la pertenencia y la convivencia en el entorno, la agenda de la educación rural no debe limitarse al posconflicto.

Cuarto: es conveniente, integrar el saber ancestral con el conocimiento actual, la educación debe ser plural.

Quinto: es necesario tener en cuenta y fortalecer la transición a lo productivo, se sugiere la implementación de estrategias concretas que incentiven el emprendimiento rural, en esto es esencial la articulación entre el Ministerio de Agricultura y el Ministerio de Educación con el sector privado.

Sexto: el emprendimiento campesino, es el pilar para el mejoramiento de las condiciones de vida en el campo, ello propiciaría una menor migración del campo a la ciudad; se propone la creación de un fondo que apoye proyectos pedagógicos productivos y que estos también puedan ser una opción de grado para los jóvenes.

Séptimo: la educación rural tiene que dirigirse hacia la investigación, la innovación, el desarrollo científico y tecnológico del agro, se recomienda que en el PNER sean más claras las estrategias para mejorar esta área, y que se fortalezca la infraestructura tecnológica en el campo.

Octavo: se precisa de una política de juventud rural construida de manera participativa, que se articule con el PNER, para promover la permanencia de los jóvenes en el campo.

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Los cinco últimos puntos son determinantes y deberían considerarse ampliamente, pues abordan temas tan importantes como la conexión escuela-comunidad, la inclusión de población diferencial, la formación de los maestros y los modelos pedagógicos flexibles en la ruralidad. Una de las conclusiones es sobre la pertinencia de la educación, en donde los ponentes afirman que no solo se trata de contextualizar los contenidos, sino de hacerla inclusiva y productiva socioeconómicamente.

Lo más estimable de esta ponencia, es que no solo analiza las carencias del borrador del Plan Nacional de Educación Rural, sino que da sugerencias y herramientas para tratar cada problemática. Además, sirve para aumentar las perspectivas sobre la situación de la educación rural en Colombia y contemplar modos de mejorarla