Sin duda alguna el 2020 ha sido un año donde las palabras desafío, obstáculo, reinvención, cambio, ayuda, fuerza, resiliencia, resistencia entre otras, han sido las protagonistas. Nos hemos visto en un mar de eventos desafortunados que han hecho que como humanidad nos quitemos los velos y nos miremos a los ojos. Que reconozcamos el potencial que tenemos como agentes de transformación, que veamos el poder de las acciones en pequeña y grande escala, de la constancia y el apoyo incondicional.
Seguramente por nuestra mente no se cruzaba que la vida con las dinámicas que conocíamos fuese a cambiar en cuestión de minutos, que tuviéramos que reducir nuestro espacio de tránsito a unos cuántos metros cuadraros, que la sonrisa se escondiera bajo un tapabocas, que compartir con quienes queremos tuviera tantas restricciones y no pudiéramos estar tan cerca físicamente como desearíamos, que nuestros trabajos, estudios, emprendimientos dependieran de un aparato tecnológico y de las posibilidades de conectividad y energía eléctrica con las que contamos. Que nuestro desarrollo estuviera determinado por el acceso a una conexión estable y que no conectarnos significaría perder grandes oportunidades y estancar los procesos.
Nadie se imaginó que fuera una pandemia la que pusiera la lupa sobre la brecha que hay entre las zonas rurales y la cuidad. Que los desafíos para lograr los sueños fueran cada vez más difíciles, que a diario cientos de niñas, niños y jóvenes rurales deban caminar largas horas en búsqueda de señal, de internet, de alguien que les preste un celular inteligente, una tableta, un computador o cualquier dispositivo que les conecte con su clase, capacitación, seminario, colega, oportunidad etc…
Trepar arboles soportándose en su deseo por lograr sus sueños ha sido la motivación de cada niña, niño y joven rural que incluso antes de la pandemia ya libraba grandes batallas por alcanzar sus objetivos en medio de un mundo donde el acceso a internet se convirtió en una primera necesidad. Cuando no es la energía, es la falta de un dispositivo, la señal, incluso todos a la vez, los factores que obstaculizan el desarrollo de las y los jóvenes rurales que buscan alcanzar sus metas.